ARCHICHEFS

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1 de abril de 2008

Becada (Scolopax rusticola)


Scolopax rusticola, la Chocha perdiz, también conocida como Becada y Sorda, es un ave de tamaño medio oscilando su longitud entre los 30 y los 36 centímetros y el peso entre los 300 y los 350 gramos. Habita en los bosques, tanto de frondosas como de coníferas, donde pasa el día escondida. Al anochecer sale a alimentarse principalmente de lombrices que captura hundiendo su largo y fino pico en la tierra pero también come insectos, miriápodos, pequeños limacos y caracoles.
Su plumaje está manchado de tonos pardos, ocres y negros gracias al cual se camufla perfectamente en el medio.

George Auguste Escoffier


Escoffier, padre del arte culinario moderno
Auguste Escoffier inventó un concepto de comida, tiempos de preparación, tiempos de comer y digestión.
George Auguste Escoffier nacio el 28 de octubre de 1846, en un pequeño pueblo cerca de Niza, llamado Villeneuve Loubet. Criado en un ambiente familiar humilde, Auguste era conocido como un hombre de buen humor, fuerte y placentero.
A la edad de 12 años fue a la escuela local. El entusiasmo que mostró por la pintura le dio la oportunidad de interpretar la belleza a su alrededor y parecía indicar la vocación de un artista. Auguste amaba y admiraba a su abuela, quien fue uno de los factores determinantes para su futuro. Fue tal vez durante el juego en la cocina de la abuela que nació el deseo de dedicar su vida a la creación de delicatessen artísticas.
A los 13 años, Auguste fue llevado a Niza, donde su tío había establecido Le Restaurant Français”, un lugar que duró hasta 1910. La vida en la cocina era muy dura en esos días y el tío de Escoffier no le concedió ningún trato especial. Aparte de ayudar en la cocina, Auguste tuvo que ayudar en la casa, seleccionando y comprando las provisiones y organizando el servicio.
Cuando Escoffier tuvo 19 años, el dueño de Le Petit Moulin Rouge, el restaurante de moda de París, lo “descubrió” durante una estadía en Niza y lo invitó a sumarse a su equipo. Allí se quedó el joven Escoffier hasta que fue llamado a la guerra entre Francia y Prusia, donde sirvió como jefe de cocina.
No hay duda de que fueron esos días de guerra los que forzaron a Escoffier a pensar muy seriamente en la necesidad de preparar comida preenvasada. Era el primer chef en estudiar a fondo la técnica de envasar carne, vegetales y salsas. Después de la guerra, volvió a Le Petit Moulin Rouge donde mantuvo su cargo hasta 1870.
Siguieron varios grandes trabajos desde el Palais Royal hasta La Maison Maire, ambos en París y en 1880, se casó con Delphine Daffis, la hija de un editor. Desde 1886 hasta 1934, Escoffier publicó una media docena de libros sobre la cocina. Su trabajo escrito es sin duda la obra de un hombre muy adelantado a su propio tiempo.
En 1884 se convirtió en el director de cocina del Grand Hotel en Monte Carlo y durante los próximos seis años dividió su tiempo entre el Grand Hotel en invierno y el Hotel Nacional en Lucerna, Suiza, durante el verano. Fue allí donde Escoffier conoció a César Ritz quién era originario de un pequeño pueblo en los Alpes suizos. Ritz había empezado como ayudante en un hotel y muy rápidamente subió la escalera hacía el Hotel Management. El entendimiento y trabajo en equipo entre Ritz y Escoffier iba a traer los cambios más significativos al desarrollo moderno de la industria hotelera.
En 1890, Ritz y Escoffier fueron llamados al Hotel Savoy en Londres como gerente general y gerente de restaurant respectivamente. El éxito fue más allá de la imaginación. De esta sociedad surgieron hoteles en todas partes del mundo, incluyendo el Savoy y Carlton en Londres, los hoteles Ritz en París, Londres, New York, Montreal, Philadelphia y muchos otros. Consecuentemente los nombres Ritz y Carlton se convirtieron en sinónimos para calidad y altos estandartes de comfort .
César Ritz y Auguste Escoffier, cada uno en su esfera, organizaron equipos de trabajadores de primera clase, quienes salieron a todas partes del mundo, haciendo famosa la cultura hotelera francesa. Escoffier disfrutó de poderes muy amplios y su presencia en las cocinas fue requerida varias veces por día. Las expectativas de su clientela exigente hicieron que Escoffier inventara todo un concepto de comida, tiempos de preparación, consideración de tiempos de comer y digestión, etc.
En 1898, Escoffier y Ritz abrieron el Hotel Ritz en París, que fue el más moderno de su tiempo. Tenía luces eléctricas y baños privados en cada habitación. La cueva de vinos alojó cuatro mil botellas de vinos selectos y otra cueva de reserva, a pocas cuadras del hotel, albergó a otras 180 mil botellas.
En 1899, se abrió el Carlton Hotel en el corazón de Londres. Las cocinas, administradas por Escoffier, y con un equipo de 60 cocineros, eran organizadas para servir menús A-la-carte , una práctica introducida por primera vez en el Carlton. El equipo Escoffier-Ritz se deshizo en 1901 cuando Ritz tuvo un ataque de nervios que lo llevó a la muerte en 1918. Escoffier se quedó en el Carlton hasta 1919.
En 1902-03 se publicó el primer libro Guía Culinaria, una obra increíble de unas cinco mil recetas y guarniciones. En 1904, la línea de barcos Hamburg-Amerika Line, decidió introducir un servicio A-la-carte en sus buques. Escoffier fue invitado a planificar las cocinas y los restaurantes fueron llamados The RitzCarlton Restaurants.
A bordo del barco “Emperador”, poco antes del comienzo de la Primera Guerra Mundial, se cuenta que el mismo emperador Guillermo II fue tan impresionado con el trabajo de Escoffier que se dirigió a él y le dijo: “¡Yo soy el emperador de Alemania, pero usted es el emperador de los chefs !”.
A la edad de 73 años, Escoffier decidió retirarse a Monte Carlo y en 1920, el comandante de la Legión de Honor y director de Educación Técnica otorgó a Escoffier la Orden de “Oficial de la Legión de Honor” y en ese momento se convirtió en el primer chef en ser honrado.
Auguste Escoffier murió el 12 de febrero de 1935 a la edad de 89 años en Monte Carlo y su nombre sigue siendo sinónimo de la cocina moderna hasta el presente.

31 de marzo de 2008

Hablando de porra archidonesa, ¿por qué no con tomates cherry?

Ya que según Enrique Portocarrero, la porra archidonesa es la mejor y la más sabrosa, aqui mi receta (por Rubén Antón Miranda).

porra cremosa de tomatillos cherry al estilo archidonés

INGREDIENTES (4 personas):
PORRA
1000g tomates cherry
1 diente de ajo
15g pimiento rojo
800g miga de mollete archidonés
15g aceite de oliva virgen hojiblanca
CS vinagre de jerez
CS sal

ELABORACIÓN:
PORRA
Trituramos los tomates, el pimiento y el ajo. Por otro lado quitamos la corteza al pan. Pasamos el zumo obtenido de triturar las verduras por el chino, y con el zumo obtenido maceramos la miga de pan durante un par de horas hasta que el pan absorba bien todo el líquido. Trituramos entonces toda la mezcla en la termomix y cuando este bien fina añadimos la sal, el vinagre y con la termomix en marcha vamos añadiendo poco a poco el aceite y emulsionamos la mezcla durante al menos 2 minutos con la termomix en funcionamiento. Guardamos en frío para que este bien fría en el momento del servicio.

*La guarnición la podremos ir variando según la época del año, y los productos que nos interese ir fomentando y dando salida en cada momento. Jugaremos siempre con combinación de un pescado un salado o ahumado, y crujientes, aceites,…

PUNTOS AZÚCAR

TABLA PUNTO DE JARABE / GRADOS CENTÍGRADOS
Punto de hebra flojo a hebra fuerte:
103º C. a 108º C.
Punto de volante flojo a volante fuerte:
114º C. a 118º C.
Punto de bola flojo a bola fuerte:
118º C. a 122º C.
Punto de caramelo flojo a caramelo fuerte:
128º C. a 155º C.
Punto de crocante a azúcar quemado:
170º C. a 190º C.

¡¡¡¡¡¡LA PORRA!!!!! ¿De dónde es? ¡¡¡¡NO SE!!! , pero la mejor es la de Archidona.

POR/ENRIQUE PORTOCARRERO (Artículo publicado en un periódico digital)
No sé yo muy bien por qué la modernidad se empeña en sofisticar nuestro plato nacional del verano, el gazpacho andaluz, cuando lo cierto es que está en su esencia la simplicidad popular de sus ingredientes y de su elaboración. Además, en lugar de querernos convencer ahora con un gazpacho de cerezas o remolacha y de percebes o de queso fresco, casi sería mejor hacer más caso a sus derivados clásicos y naturales, es decir, a las sopas frías andaluzas que son otra de las grandes cumbres de la gastronomía veraniega. Por ejemplo, al ajoblanco y, sobre todo, al salmorejo o a la porra antequerana. En cuanto a esta última, la mejor es la que hacen en Archidona acompañada de sus tropezones de huevo duro picado y jamón añejo en taquitos, con la que se muere de placer y calor en los días más duros del verano. La misma sopa fría gloriosa que se llama salmorejo en unos sitios y porra o crúa en otros, cuya variedad de ingredientes es infinita. Miren, si no, que en Lucena y Benamejí la hacen con cualquier tropezón frito, incluyendo papas fritas medio cocidas y atún del Cantábrico. En cambio, por Córdoba y algunos pueblos de Málaga no la hacen sin paté de perdiz y atún o bacalao, como homenaje compartido a la tierra y al mar. Incluso, en la parte alta de Málaga también la comparten con las migas, tal vez para hacer bueno ese dicho según el cual pan con pan comida de tontos. Y por no decir nada de esa versión líquida de la pipirrana que cocinan en Andalucía Oriental o de un ajoblanco que ya ha sabido hasta traspasar las fronteras. Lo mismo que el arranque roteño con su acompañamiento de pimientos verdes, siempre a medio camino entre el gazpacho y el ajo caliente. Todo, en definitiva, menos admitir que nos adulteren el plato nacional del verano a base de unas modernidades 'fashion', cuyo resultado es la conversión minimal y conceptual de un plato intrahistórico verdaderamente carpetovetónico y cañí.

Cerveza Casera

Ingredientes
20 l. de agua,
1 Kg. de cebada abrillantada,
500 gr. de maíz amarillo,
1 1/4 Kg. de azúcar moreno,
25 gr. de lúpulo,
25 gr. de levadura de cerveza.

Se ponen los 20 l. de agua en una olla de acero inoxidable con la cebada y el maíz y se deja en remojo durante 4 horas. Luego se agrega el azúcar y el lúpulo. Se pone ha hervir durante 2 horas. Se retira del fuego y se deja enfriar. Estando aún tibio se mezcla la levadura bien diluida con un poco de agua. Se tapa la olla y se deja en un lugar fresco durante 48 horas para que haga la fermentación.
Se filtra con un tejido de hilo espeso y se envasa en botellas y se tapan bien, asegurando el tapón. Se guardan al fresco y a los 6 días están listas para beber.
Para hacer cerveza negra, poner la mitad de la cebada tostada y la otra mitad abrillantada. Se prepara igual que la otra.

cabrito estofado a baja temperatura con coca-cola, risotto de falso arroz de soja y espiral de tomillo

INGREDIENTES:
ESTOFADO
Pierna de cabrito
Ajo
Cebolla
Puerro
Zanahoria
Coca-cola
Jugo de cabrito
C.S. sal, pimienta, tomillo, romero, aceite
C.S. sal Maldon

RISOTTO DE FALSO ARROZ DE SOJA
Ajo
Cebolla
Nata
Queso de cabra
Brotes de soja
C.S. sal

ESPIRAL DE TOMILLO
Mantequilla
Tomillo fresco
Harina
Azúcar glas
Clara de huevo
C.S. sal

ELABORACIÓN:
ESTOFADO
Deshuesamos la pierna de cabrito (reservamos los huesos y preparamos con ellos un jugo), espalmamos y rulamos. Cortamos la breza de las verduras y envasamos en bolsas de vacio junto a las ruladas, las especias, un poco del jugo elaborado y el refresco de cola. Cocinamos en la Roner o en un baño María o en el horno a vapor a 70º durante unas 12 horas aproximadamente. Pasado el tiempo sacamos la carne de las bolsas de vacio y reservamos el jugo obtenido que lo reduciremos para obtener la salsa. Marcamos las ruladas en una sartén a fuego vivo con unas gotas de aceite. Finalmente le ponemos unas escamas de sal Maldon.

RISOTTO DE FALSO ARROZ DE SOJA
Extraemos los tallos centrales de los brotes de soja con 1cm aproximadamente de longitud, de tal forma que parezcan granos de arroz. Por otro lado fondeamos sin que tomen color (tapado) un poco de ajo y cebolla en brunoise, cuando estén bien caídos añadimos nata y finalmente un poco de queso de cabra y obtenemos una crema espesa. En una sartén saltearemos la soja y la crema durante unos 30 segundos.

ESPIRAL DE TOMILLO
Introducimos la mantequilla junto al tomillo en una bolsita de vacio y los infusionamos al baño María, luego con la mantequilla liquida, el tomillo y el resto de los ingredientes preparamos una pasta. Dejamos enfriar y cuando este manejable la extendemos en silpat y cocinamos en el horno, retiramos cuando este dorada y le damos la forma de espirales.